NOVENA A LA SANTA SOR FAUSTINA
Día I
El conocimiento del misterio de la Divina Misericordia
Jesús: “Su vida debe modelarse sobre mí, desde el pesebre hasta la muerte en la cruz. Penetra en mis secretos y conocerás el abismo de mi misericordia para con las criaturas y mi bondad insondable, y harás conocer ésta a todo el mundo” (Diario 438).
Sor Faustina: “Oh Dios, cuánto deseo que las almas te conozcan, que sepan que las creaste por tu amor inconcebible; oh Creador y Señor, siento que descorreré las cortinas del cielo para que la tierra no dude de tu bondad” (Diario 483).
Santa Faustina, alcánzame la gracia de penetrar cada vez más profundamente en el misterio de la Divina Misericordia en la obra de la creación, salvación y gloria, para que, como tú, lo dé a conocer al mundo.
Día II
La contemplación de la Misericordia en lo cotidiano
Jesús: “Cuando contemplas en el fondo de tu corazón lo que te digo, sacas un provecho mucho mayor que si leyeras muchos libros. Oh, si las almas quisieran escuchar mi voz cuando les hablo en el fondo de sus corazones, en poco tiempo llegarían a la cumbre de la santidad” (Diario 584).
Sor Faustina: “No busco la felicidad fuera de mi interior donde mora Dios. Gozo de Dios en mi interior, aquí vivo continuamente con Él, aquí existe mi relación más íntima con Él, aquí vivo con Él segura, aquí no llega la mirada humana. La Santísima Virgen me anima a relacionarme así con Él” (Diario 454).
Santa Faustina, enséñame a estar con el Señor en mi propia alma, a escuchar su voz y vivir con Él cada momento de mi vida. Alcánzame la gracia de contemplar la Misericordia en lo cotidiano.
Día III
La actitud de confianza ante Dios
Jesús: “Hija mía, si por medio de ti exijo de los hombres el culto a mi misericordia, tú debes ser la primera en distinguirte por la confianza en mi misericordia” (Diario 742). “Te aseguro un ingreso fijo del cual vivirás. Tu empeño debe ser la total confianza en mi bondad, el mío, darte todo lo que necesites. Me hago dependiente de tu confianza; si tu confianza es grande mi generosidad no conocerá límites” (Diario 548).
Sor Faustina: “Oh Dios único en la Santísima Trinidad, deseo amarte como hasta ahora ninguna alma humana te ha amado; y aunque soy particularmente mísera y pequeñita, no obstante arrojé muy profundamente el ancla de mi confianza en el abismo de tu misericordia, oh Dios y Creador mío. A pesar de mi gran miseria no tengo miedo de nada, sino que espero cantar eternamente el himno de la gloria” (Diario 283).
Alcánzame, Santa Faustina, la gracia de confianza del niño para que siempre y en todo cumpla fielmente la voluntad de Dios que para nosotros es la misericordia misma.
Día IV
La actitud de misericordia ante los prójimos
Jesús: Hija mía, (…) exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia mí. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo: la primera – la acción, la segunda – la palabra, la tercera – la oración. En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia mí. De este modo el alma alaba y adora mi misericordia” (Diario 742).
Sor Faustina: “Jesús mío, penétrame toda para que pueda reflejarte en toda mi vida. Divinízame de modo que mis acciones tengan el valor sobrenatural. Haz que tenga para cada alma, sin excepción, amor, compasión y misericordia.
Oh Jesús mío, cada uno de tus santos refleja en sí una de tus virtudes, yo deseo reflejar tu Corazón compasivo y lleno de misericordia, deseo glorificarlo. Que tu misericordia, oh Jesús, quede impresa sobre mi corazón y mi alma como un sello y éste será mi signo distintivo en esta vida y en la otra” (Diario 1242).
Santa Faustina, intercede por mí ante el Señor para que también mi vida se transforme en misericordia ejercida al prójimo con la acción, la palabra y la oración. Que mis ojos, oídos, labios, manos, pies y corazón sean misericordiosos.
Día V
La propagación del mensaje de la Misericordia
Jesús: “En el Antiguo Testamento enviaba a los profetas con truenos a mi pueblo. Hoy te envío a ti a toda la humanidad con mi misericordia. No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla a mi Corazón misericordioso. Hago uso de los castigos cuando me obligan a ello; mi mano resiste a tomar la espada de la justicia. Antes del día de la justicia envío el día de la misericordia” (Diario 1588).
Sor Faustina: “Oh Dios mío, que te adore todo lo que hay en mí, oh Creador y Señor mío, y con cada latido de mi corazón deseo glorificar tu misericordia insondable. Deseo hablar a las almas de tu bondad e invitarlas a confiar en tu misericordia. Ésta es mi misión que Tú mismo me has confiado en esta y en la vida futura” (Diario 1325).
Siguiendo tu ejemplo, Santa Faustina, deseo propagar en el mundo el mensaje de la Misericordia con mi vida y palabra para que llegue a todas las personas y llene sus corazones de esperanza. Que también en mi vida se cumpla la promesa de Jesús: “A las almas que propagan la devoción a mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa [protege] a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas Juez sino Salvador misericordioso” (Diario 1075).
Día VI
Para alcanzar la Divina Misericordia para el mundo
Jesús: “Hija mía, he inclinado mi Corazón hacia tus súplicas: tu tarea y empeño aquí en la tierra es implorar la misericordia para el mundo entero (Diario 570). Las plegarias, los ayunos, las mortificaciones, las fatigas y todos los sufrimientos, los unirás a la oración, al ayuno, a la mortificación, a la fatiga, al sufrimiento mío y entonces tendrán valor ante mi Padre (Diario 531). Te nombro dispensadora de mi misericordia” (Diario 570).
Sor Faustina: “Oh Dios mío, estoy consciente de mi misión en la santa Iglesia. Mi empeño continuo es impetrar la misericordia para el mundo. Me uno estrechamente a Jesús y me presentó como víctima que implora por el mundo. Dios no me rehusará nada cuando le suplicó con la voz de su Hijo. Mi sacrificio es nada por sí mismo, pero cuando lo uno al sacrificio de Jesús, se hace omnipotente y tiene la fuerza para aplacar la ira divina. Dios nos ama en su Hijo, la dolorosa Pasión del Hijo de Dios es un continuo aplacamiento de la ira de Dios” (Diario 482).
Santa Faustina, contigo quiero suplicar la misericordia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, así como para los sacerdotes y las personas consagradas para que llevando una vida santa, conduzcan el pueblo de Dios por los caminos de la salvación.
Día VII
El amor a la Iglesia – Cuerpo Místico de Cristo
Jesús: “Hija mía, medita sobre la vida divina que se encuentra en la Iglesia para la salvación y la santificación de tu alma. Considera cómo aprovechas estos tesoros de gracias, estos esfuerzos de mi amor” (Diario 1758).
Sor Faustina: “Jesús, me esfuerzo por la santidad, ya que con ella seré útil a la Iglesia. Hago continuos esfuerzos en las virtudes, procuro imitar fielmente a Jesús y esta serie de actos de virtud cotidianos, silenciosos, ocultos, casi imperceptibles, pero sí cumplidos con gran amor, los pongo en el tesoro de la Iglesia de Dios para el provecho común de las almas. Siento interiormente como si fuera responsable por todas las almas, siento claramente que vivo no solamente para mí, sino [para] toda la Iglesia” (Diario 1503).
Agradecido por los dones de la Divina Misericordia depositados en la santa Iglesia, deseo, como tú – Santa Faustina – aprovecharlos para hacerme santo y así atraer a otras almas a las fuentes de la misericordia Divina.
Día VIII
El encuentro con Jesús en los santos sacramentos
Jesús: “Oh, cuánto me duele que muy rara vez las almas se unan a mí en la Santa Comunión. Espero a las almas y ellas son indiferentes a mí. Las amo con tanta ternura y sinceridad y ellas desconfían de mí. Deseo colmarlas de gracias y ellas no quieren aceptarlas. Me tratan como una cosa muerta, mientras que mi Corazón está lleno de Amor y Misericordia. Para que tú puedas conocer al menos un poco mi dolor, imagina a la más tierna de las madres que ama grandemente a sus hijos, mientras que esos hijos desprecian el amor de la madre. Considera su dolor. Nadie puede consolarla. Ésta es sólo una imagen débil y una tenue semejanza de mi Amor” (Diario 1447).
Sor Faustina: “Jesús, en mi vida hay un secreto más, el más profundo, pero también el más querido para mí, lo eres Tú mismo bajo la especie del pan cuando vienes a mi corazón. Aquí está todo el secreto de mi santidad. Aquí mi corazón unido al tuyo se hace uno, aquí ya no hay ningún secreto, porque todo lo tuyo es mío, y lo mío es tuyo. He aquí la omnipotencia y el milagro de tu misericordia (Diario 1489). Todo lo bueno que hay en mí es gracias a la Santa Comunión, le debo todo. Siento que este sagrado fuego me ha transformado totalmente. Oh, cuánto me alegro de ser tu morada, oh Señor, mi corazón es un templo en que permaneces continuamente” (Diario 1392).
Santa Faustina, alcánzame la gracia de la fe viva para que cada sacramento sea un privilegiado lugar de encuentro con Jesús y la Eucaristía – el núcleo de toda mi vida que transforma mi vida en amor.
Día IX
La devoción a la Madre de Dios
Madre
de Dios: “Su vida debe ser similar a la mía, silenciosa y escondida; deben unirse continuamente a Dios, rogar por la humanidad y preparar al mundo para la segunda venida de Dios” (Diario 625).
Sor Faustina: “Oh dulce Madre de Dios, sobre ti modelo mi vida, tú eres para mí una aurora radiante, admirada me sumerjo toda en ti. Oh Madre, Virgen Inmaculada, en ti se refleja para mí el rayo de Dios. Tú me enseñas cómo amar a Dios entre tormentas, tú eres mi escudo y mi defensa contra el enemigo” (Diario 1232).
Santa Faustina, la más fiel hija de la Madre de la Misericordia, escóndeme debajo de su manto para que me conduzca a Jesús, me enseñe a participar en su vida y su misión de mostrar al mundo la misericordia del Padre Celestial. Deseo – como María – dar a los hombres la Misericordia Encarnada y preparar el mundo para su nueva venida.
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