III.
NOVENA A LA SANTA SOR FAUSTINA
Para alcanzar la gracia de confianza del niño
En la novena pedimos la confianza
y las virtudes que condicionan
la confianza del niño a Dios
Día I
Dichosos los que han puesto su confianza en el Señor
Jesús: “El alma que confía en mi misericordia es la más feliz porque yo mismo tengo cuidado de ella” (Diario 1273). “Le ofrezco mi confianza y le doy todo lo que pide” (Diario 453).
Sor Faustina: “No comprendo, cómo es posible no tener confianza en Aquel que lo puede todo; con Él todo y sin Él nada. Él, el Señor, no permitirá ni dejará que queden confundidos aquellos que han puesto en Él toda su confianza” (Diario 358).
Santa Faustina, alcánzame la gracia de confianza del niño ante Dios que lo puede todo, es la Sabiduría misma y ama con un amor infinito.
Día II
La confianza como respuesta al conocimiento
del misterio de la Divina Misericordia
Jesús: “Todo lo que existe está encerrado en las entrañas de mi misericordia más profundamente que un niño en el seno de la madre. Cuán dolorosamente me hiere la desconfianza en mi bondad. Los pecados de desconfianza son los que me hieren más penosamente” (Diario 1076).
Sor Faustina: “Sé que incluso a las almas elegidas y adelantadas en la vida religiosa o espiritual, les falta el ánimo para confiar totalmente en Dios. Y eso sucede porque pocas almas conocen la insondable misericordia de Dios, su gran bondad” (Diario 731).
Santa Faustina, ayúdame a penetrar cada vez más profundamente en el misterio de la Divina Misericordia, dame a conocer la bondad de Dios para que le confíe cada vez más y no lo hiera con mi desconfianza.
Día III
La fe
Jesús: “Lo que tú ves [en] realidad, las almas ven a través de la fe. Oh, qué agradable es para mí su gran fe. Para que yo pueda obrar en un alma, el alma debe tener fe” (Diario 1420).
Sor Faustina: “Ruego ardientemente al Señor que se digne reforzar mi fe para que en mi gris vida cotidiana no me guíe según las consideraciones humanas, sino según el espíritu. Oh, cómo todo atrae al hombre hacia la tierra, pero una fe viva mantiene el alma en una esfera más alta” (Diario 210).
Santa Faustina, alcánzame una fe fuerte y viva para que conozca el amor misericordioso de Dios hacia las criaturas, porque cuanto más plena- mente lo conozca tanto más le confiaré.
Día IV
La esperanza
Jesús: “Que los más grandes pecadores [pongan] su confianza en mi misericordia. Me deleitan las almas que recurren a mi misericordia. A estas almas les concedo gracias por encima de lo que piden” (Diario 1146).
Sor Faustina: “Aunque tuviera en mi conciencia los pecados del mundo entero y los pecados de las almas condenadas, a pesar de todo esto, no dudaría de la bondad de Dios, sino que me arrojaría sin pensar en el abismo de la Divina Misericordia que siempre está abierto para nosotros y con el corazón hecho polvo me arrojaría a sus pies abandonándome completamente a su santa voluntad que es la misericordia misma” (Diario 1553).
Santa Faustina, alcánzame una esperanza inquebrantable para que en el camino hacia el cielo cuente siempre con el perdón y la ayuda de la gracia de Dios en cada situación y especialmente en los momentos difíciles.
Día V
El amor
Jesús: “Yo soy el Amor y la Misericordia mismos; no existe miseria que pueda medirse con mi misericordia, ni la miseria la agota, ya que desde el momento en que se da [mi misericordia] aumenta (Diario 1273). El amor me ha traído [a la tierra] y el amor me detiene. Oh hija mía, si tú supieras qué gran mérito y recompensa tiene un solo acto de amor puro hacia mí, morirías de gozo. Lo digo para que te unas a mí constantemente a través del amor” (Diario 576).
Sor Faustina: “Amor, amor y una vez más amor de Dios, no hay nada más grande que él ni en el cielo ni en la tierra. La mayor grandeza es amar a Dios, la verdadera grandeza está en el amor de Dios, la verdadera sabiduría es amar a Dios. Todo lo que es grande y bello está en Dios; fuera de Dios no hay ni belleza ni grandeza” (Diario 990).
Santa Faustina, alcánzame un amor ardiente hacia Dios para que lo ame por encima de todo y que ame todo por consideración a Él.
Día VI
La humildad
Jesús: “No en los grandes palacios ni en las espléndidas instalaciones, sino en el corazón puro y humilde me complazco (Diario 532). Los torrentes de mi gracia inundan las almas humildes. Los soberbios permanecen siempre en pobreza y miseria, porque mi gracia se aleja de ellos dirigiéndose hacia los humildes” (Diario 1602).
Sor Faustina: “Oh, qué bella es un alma humilde. (…) A tal alma Dios no niega nada; tal alma es omnipotente, ella influye en el destino del mundo entero; a tal alma Dios la eleva hasta su trono y cuanto más ella se humilla tanto más Dios se inclina hacia ella, la persigue con sus gracias y la acompaña en cada momento con su omnipotencia. Tal alma está unida a Dios de modo más profundo” (Diario 1306).
Santa Faustina, alcánzame la gracia de la humildad verdadera para que acoja la verdad sobre Dios, sobre el mundo y sobre mí mismo y con eso me haga confiado como el niño ante el Padre Celestial, reconociendo que dependo de Él como el Creador y Salvador.
Día VII
El arrepentimiento
Jesús: “Soy santo, tres veces santo y siento aversión por el menor pecado. No puedo amar al alma manchada por un pecado, pero cuando se arrepiente, entonces mi generosidad para ella no conoce límites.
Mi misericordia la abraza y justifica. Persigo a los pecadores con mi misericordia en todos sus caminos y mi Corazón se alegra cuando ellos vuelven a mí” (Diario 1728).
Sor Faustina: “Sufro muchísimo cuando me encuentro con la hipocresía. Ahora entiendo, Salvador mío, porque reprendías tan severamente a los fariseos por su hipocresía. A los pecadores empedernidos los tratabas con más benevolencia cuando volvían a ti arrepentidos” (Diario 1579).
Santa Faustina, alcánzame la gracia del sincero arrepentimiento de cada pecado y hasta de la más pequeña infidelidad por ser la causa de la terrible pasión de Jesús. Que el dolor de mi corazón obtenga el perdón de todas las culpas y fortalezca mi confianza en la Divina Misericordia.
Día VIII
El cumplimiento de la voluntad de Dios
Jesús: “Me das la mayor gloria a través de la paciente sumisión a mi voluntad, y te aseguras méritos tan grandes que no alcanzarías ni con ayunos ni con ningunas mortificaciones.
Has de saber, hija mía, que si sometes tu voluntad a la mía, atraes sobre ti mi gran complacencia; este sacrificio me es agradable y lleno de dulzura, en él tengo complacencia, él es poderoso” (Diario 904).
Sor Faustina: “El Señor me ha dado la luz de un más profundo conocimiento de su voluntad y al mismo tiempo del total abandono a esta santa voluntad de Dios. Esta luz me ha fortalecido en una paz profunda, dándome a comprender que no debo tener miedo de nada menos el pecado.
Cualquier cosa que Dios me envíe, la aceptaré con una total sumisión a su santa voluntad. Dondequiera que Él me ponga, trataré de cumplir fielmente su santa voluntad y todo lo que le agrade, aunque esta voluntad de Dios fuera para mi dura y pesada (Diario 1394), porque es para mi la misericordia misma (comparar Diario 1552).
Santa Faustina, alcánzame la gracia de cumplir con fidelidad la voluntad de Dios, siempre y en todo lugar para que con esto exprese mi confianza en Dios.
Día IX
El recipiente de confianza
Jesús: “Las gracias de mi misericordia se toman con un solo recipiente y éste es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son mi gran consuelo porque en tales almas vierto todos los tesoros de mis gracias” (Diario 1578).
Sor Faustina: “Oh Señor, Amor mío, te doy gracias por el día de hoy, por haberme permitido recoger el tesoro de tus gracias del manantial de tu misericordia insondable. Oh Jesús, no solamente en el día de hoy, sino en cada momento saco de tu insondable misericordia todo lo que el alma y el cuerpo puedan desear” (Diario 1178).
Santa Faustina, ayúdame a alcanzar un gran recipiente de confianza, para que con él recoja gracias no sólo para mí, sino también para la santa Iglesia, nuestra patria, el mundo entero y especialmente para las almas que desconfiaron de la Divina Misericordia.
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